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GUANAJUATO (Ciudad
en un laberinto)
Incomparable ciudad que hace 250
años fue el centro mundial de la producción de plata, hoy es un prodigio
urbanístico, señorial y encantador; por momentos parece una de las estructuras
imposibles de M. C. Escher.


¿Por qué es
Patrimonio Mundial?
La ciudad histórica de Guanajuato
y las minas adyacentes fueron inscritas en la lista del Patrimonio Mundial en
1988 por su insoslayable valor histórico. Guanajuato nació a partir de estancias
ganaderas y pequeños fortines que se convirtieron en ciudad tras el
descubrimiento de yacimientos de plata a mediados del siglo XVI.
Tuvo una fuerte influencia en muchos poblados mineros del norte de la Nueva
España y, durante el siglo XVIII, se convirtió en el principal centro productor
de plata de todo el mundo, lo cual hace de ella una pieza clave en la histórica
industrial y económica internacional.
Asimismo, ocupa un sitio
protagónico en la historia mexicana por su papel tanto en la Guerra de
Independencia, como en otros eventos del siglo XIX. Por otra parte está su
enorme valor artístico. Pocas ciudades mineras de Ibero América son tan hermosas
como Guanajuato y ninguna tiene su peculiar perfil simultáneamente elegante e
intrincado, repleto de edificios maravillosos, como la Iglesia de San Diego y La
Compañía y, sobre todo, el magnífico Templo de la Valencia.
Lugares de interés

Iglesia de la Compañía
Una cuadra a la izquierda de la
Basílica, por el callejón del Estudiante, se llega al edificio de la Universidad
de Guanajuato, que es uno de los mas representativos por sus grandes
escalinatas.
La iglesia fue construida por los jesuitas entre 1745 y 1765. Este templo de
enormes proporciones ostenta una bella fachada de estilo churrigueresco con
espléndidas esculturas y relieves en cantera rosa.

Teatro Juárez
El Teatro Juárez de
Guanajuato es un histórico teatro que data de finales del siglo
XIX ubicado en la
ciudad mexicana de
Guanajuato en el
estado del mismo nombre, en
México. El
recinto fue edificado de 1872 a 1903 por el arquitecto José Noriega,
encargado por el general
Florencio Antillón,
posteriormente fue terminado por el arquitecto mexicano Antonio Rivas y
el ingeniero Alberto Malo. Quienes realizaron varias remodelaciones que
cambiaron completamente su aspecto original tanto en el exterior como
interior.
El recinto es uno de los teatros históricos más reconocidos. Su época de
mayor auge ocurrió a finales del siglo XIX hasta el estallido de la
guerra de la
Revolución mexicana
a principios del siglo XX, siendo un importante foro de actividad
artística donde se presentaron afamados exponentes de la época. El
teatro recibe su nombre en homenaje al político e intelectual liberal
Benito Juárez.
El Teatro Juárez ha
sido sede del
Festival Internacional Cervantino,
desde 1972.

Callejón del beso
Historia Leyenda del porque
se le llama "Callejón del beso" a uno de los lugares mas típicos de
Guanajuato.
Se cuenta que doña Ana era hija única de un hombre intransigente y
violento pero por fortuna, siempre triunfa el amor por trágico que éste
sea.
Doña Ana era cortejada por un joven galán, don Carlos. Al ser
descubierta por su padre, sobrevinieron el encierro, la amenaza de
enviarla a un convento, y lo peor de todo, casarla en España con un
viejo y rico noble, con lo que, además, acrecentaría el padre su mermada
hacienda.
La bella y sumisa criatura y su dama de compañía, doña Brígida, lloraron
e imploraron juntas, pero de nada sirvió.
Así, antes de someterse al sacrificio, resolvieron que doña Brígida
llevaría una misiva a don Carlos con la infausta nueva.
Mil conjeturas se hizo el joven enamorado, pero de ella, hubo una que le
pareció la más acertada.
Una ventana de la casa de doña Ana daba hacia un angosto callejón, tan
estrecho que era posible, asomado a la ventana, tocar con la mano la
pared de enfrente.
Si lograban entrar a la casa de enfrente, podría hablar con su amada y,
entre los dos, encontrar una solución a su problema. Pregunto quién era
el dueño de aquella casa y la adquirió a precio de oro.
Hay que imaginar cuál fue la sorpresa de doña Ana cuando, asomada a su
balcón, se encontró a tan corta distancia con su joven enamorado.
Unos cuantos momentos habían transcurrido de aquel inenarrable coloquio
amoroso, pues, cuando más abstraídos se hallaban los dos amantes, del
fondo de la pieza se escucharon frases violentas. Era el padre de doña
Ana increpando a Brígida, quien se jugaba la misma vida por impedir que
su amo entrara a la alcoba de su señora.
El padre arrojó a la protectora de doña Ana, como era natural, y con una
daga en la mano, de un solo golpe la clavo en el pecho de su hija.
Don Carlos enmudeció de espanto, pues la mano de doña Ana seguía entre
las suyas, pero cada vez más fría.
Ante lo inevitable, don Carlos dejó un tierno beso sobre aquella mano
tersa y pálida, ya sin vida.
Por esto a este lugar, sin duda unos de los más típicos de nuestra
ciudad, se le llama el Callejón del Beso.

Fiestas y
celebraciones
La ciudad y sus barrios celebran
múltiples festividades religiosas y cívicas a lo largo del año. Entre las
primeras destaca el Viernes de Dolores (viernes anterior a semana
santa), cuando en muchas casas se levantan altares con ofrendas a la Virgen de
Dolores; y las Fiestas de San Juan el 24 de Junio, acompañados de
una verbena popular en la Presa de la Olla. Entre las cívicas, sobresale el
Día de la Toma de la Alhóndiga de Granaditas, el 28 de Septiembre.
Desde 1972, la Ciudad de
Guanajuato es sede del Festival Internacional Cervantino, un magno
espectáculo cultural y artístico, uno de los mayores de América Latina. Año con
año, a mediados de Octubre y durante dos semanas y media, se presentan en los
distintos foros, edificios públicos y plazas de la ciudad, eventos de danza,
música, teatro, artes visuales y cine provenientes de distintos países.
Este festival suele atraer mucho
turismo. Otro evento de gran atractivo es el Festival Expresión en Corto,
especializado en cine, que año con año trae al país a figuras internacionales de
la talla de Peter Greenaeay.
(www.expresionencorto.com)
(wwww.festivalcervantino.gob.mx)

Artesanías
Muebles rústicos, esculturas en
cantera y alfarería de todo tipo son algunas de las especialidades artesanales
del Estado de Guanajuato. Una variante muy refinada y recomendable de la
cerámica estilo mayólica es la que elabora José de Jesús Hernández, mejor
conocido como Capelo, escultor, pintor y ceramista de fama internacional.
Su tienda-taller, Cerámica
Capelo, se ubica por la Valenciana . Hay también dos tiendas en el centro que
ofrecen sus piezas bajo el nombre de Galería Capelo, una en Pocitos 69 y la otra
en la Plazuela de San Roque.

Gastronomía
El estado de Guanajuato ofrecen
varios platillos verdaderamente deliciosos como las Patitas de Puerco,
el Mole Rojo, las Pacholas (frituras de carne molida
de res), las Carnitas de Cerdo y las Tortas Guacamayas
(emparedados de chicharrón con salsa). Sin embargo, el clásico de la ciudad es
la variante local de las enchiladas, cuyo nombre es Enchiladas Mineras,
que consisten en tortillas fritas con salsa de chile guajillo rellenas de queso,
cubiertas de lechuga picada y queso rallado y acompañadas de zanahoria y papa
freídas en el mismo aceite de las tortillas.
El resultado puede ser un poco
picante, pero es sabrosísimo. No le faltan a la ciudad y a la zona distintos
postres, como las Fresas de Irapuato (cristalizadas o con crema),
la Cajeta de Celaya y las Charamuscas. Una bebida
tradicional, refrescante y bastante peculiar es la Cebadina, hecha a base de
este cereal que se cultiva en las áreas cercanas.
PUEBLA (Diseñada
por ángeles)
Es una ciudad de construcciones
prodigiosas como la Catedral, la Biblioteca Palafoxiana a la Capilla del
Rosario, engarzadas en un perfil urbano elegante. Pero es también un
calidoscopio de formas y detalles barrocos: cantera y azulejos, patios y
cúpulas, torres y balcones, gastronomía y plástica.


¿Por qué es
Patrimonio Mundial?
Puebla de los Ángeles fue fundada
en 1531 como una ciudad de colonos españoles, rodeada de pueblos y barrios
indios, en medio de un amplio valle del Altiplano Central. Muy pronto se
convirtió en una de las ciudades más grandes y prósperas de la Nueva España.
Sin embargo, a diferencia de otras urbes de aquel tiempo, su riqueza no provino
de la minería, sino de la agricultura y, más adelante, del comercio y de la
industria textil. Tras la Independencia mantuvo su pujanza y hoy sigue siendo
una de las principales ciudades de México.
Por su belleza arquitectónica y
por su valor como muestra de la urbanística española en el Nuevo Mundo
entre los siglos XVI y XIX, la UNESCO inscribió en 1987 al Centro Histórico de
la ciudad de Puebla en la lista del Patrimonio Mundial.
A eso hay que agregar que se trata de uno de los Centro Históricos más grandes,
ricos, refinados y majestuosos de América. Además, la ciudad cuenta con un arte
plástico extraordinario (presente sobre todo en iglesias y museos) y una
gastronomía seductora que se ha convertido en la más emblemática del país. Por
todo esto, no parece del todo descabellada la leyenda que dice que esta ciudad
fue diseñada por los mismos ángeles
Lugares de interés

La Catedral
La Basílica
Catedral de Puebla como se conoce a la Catedral de
Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción
de acuerdo a su
advocación mariana,
es la sede episcopal de la
arquidiócesis de Puebla.
Es uno de las más importantes inmuebles del
centro histórico
declarado
patrimonio de la humanidad.
Tiene la prerrogativa de ser el primer templo suntuoso que bajo buenos
diseños se hizo en América, consagrada en 1649 se adelantó a la
Metropolitana de México
que fue dedicada 1653.[1]
La actual catedral fue construida entre los siglos XVI y XVII y
substituyó a la anterior levantada en lo que hoy es el atrio. Su
construcción tardó 74 años que transcurrieron en el periodo de tres
reyes de España,
Felipe II,
Felipe III y se
consagró en el reinado de
Felipe IV, por el
insigne obispo
Juan de Palafox y Mendoza
quien le dio un impulso decisivo a las obras después un largo periodo de
inactividad.
Los contratiempos a lo largo de esos años permitieron numerosas
modificaciones a la traza original propuesta por el arquitecto
Francisco Becerra,
quien tuvo que salir hacia
Quito en 1580. En
1624 las obras se suspendieron en su totalidad hasta el arribo del
obispo Juan de Palafox en julio de 1640 quien retomo las obras con
decidido entusiasmo. Las nuevas reformas dieron una mayor elevación a la
nave central por encima de las procesionales permitiendo el paso de la
luz natural y dándole un aspecto de estructura piramidal.
Un desavenencia con los jesuitas produjo el regreso a España del obispo
Palafox que aceleró las obras para consagrarla el
18 de abril de
1649.
A lo largo de
cuatro siglos la catedral se ha enriquecido en obras de pintura,
escultura, orfebrería, carpintería etc. de gran calidad artística y que
conforman un acerbo de obras que bien pudieran considerse del arte
universal. Las grandes puertas entableradas, los tesoros de la sacristía
con sus grandes cajoneras que resguardan los ricos ornamentos
sacerdotales bordados con hilo de oro y plata, vasos sagrados, cálices,
copones, relicarios y cruces bañados en oro de incrustaciones de joyas y
diamantes.
Con sus poco
más de 70 metros de altura fue la iglesia más alta de las colonias
españolas. Su edificio de estilo
herreriano, acoge
una importante colección de arte sacro y su archivo histórico posee
documentos que datan de la fundación de la ciudad y que muchos están en
espera de ser clasificados.

La Biblioteca Palafoxiana
Biblioteca considerada la
primera biblioteca pública del Continente Americano y la mas importante de
México y América ya que conserva su lugar de origen y cosas de la época
colonial. Fundada por el
obispo
Juan de Palafox y Mendoza
en
1646. Ubicada en el
centro histórico de la
Puebla de los Ángeles,
esta biblioteca es orgullo del barroco y Monumento Histórico de México desde
1981. El obispo Palafox
donó su librería personal, compuesta de cinco mil volúmenes ante el notario
Nicolás de Valdivia el
5 de septiembre de
1646, para que fuera consultada por todos
aquellos que quisieran estudiar, pues su principal condición fue que estuviera
abierta al público y no sólo a eclesiásticos y seminaristas. La creación de esta
biblioteca fue aprobada por cédula real en diciembre de
1647 y reconfirmada por el papa Inocencio X en
1648. Durante más de 360
años, la Biblioteca Palafoxiana, ha estado asentada en el Antiguo Colegio de San
Juan dentro del Seminario fundado por Palafox y Mendoza. Si bien la construcción
de la bóveda, tal como se encuentra en nuestros días fue realizada en
1773, por el Obispo Francisco de Fabián y
Fuero, quien mandó levantar los dos primeros pisos de la estantería, la cual es
un fino trabajo de los ebanistas novohispanos que trabajaron de manera armoniosa
las maderas de
ayacahuite, polocote y
cedro. De esta época data el delicado retablo donde se ubica la efigie de la
Madonna de Trapani, óleo que se presume fue realizado tomando como modelo la
escultura que Nino Pisano hiciera de la Virgen en el siglo XIV. Posteriormente,
en el siglo XIX, se colocó un tercer nivel debido a que se había incrementado el
número de volúmenes que se encontraban en la biblioteca.

Fiestas y
celebraciones
Son muchas las fiestas, ferias y
eventos que se celebran en Puebla a lo largo del año. Destaca el Viernes
de Dolores (el anterior a semana santa), cuando se colocan en distintas
partes de la ciudad altares con ofrendas a la Virgen de los Dolores. El Viernes
Santo hay procesiones; y el Sábado Santo se lleva acabo la quema de Judas en el
Barrio del Artista y otras calles y plazas.
En el céntrico barrio de Analco son de destacar los Festivales del Mole
Poblano y del Chile en Nogada, en Junio y Agosto respectivamente, que en
realidad son concursos culinarios (se celebran los cuatro domingos del mes). En
cuanto a fiestas cívicas, es importante el desfile tradicional del 5 de Mayo,
fecha en que se recuerda la Batalla de Puebla, en la que las
tropas republicanas mexicanas vencieron aquí a una fuerza expedicionaria
francesa en 1862.

Artesanías
La región en donde se asienta
Puebla tiene una artesanía muy rica y variada. Hay alfarería, cerería y
cestería; se trabajan el alabastro, la madera, la plata (espuelas, llaveros,
etc.) y el latón; y no faltan los muebles rústicos de muy buena calidad.
No obstante, la artesanía clásica de la ciudad es la Talavera.
A mediados del siglo XVI llegó a Puebla la técnica para fabricar cerámica
variada tal como se tenía en Talavera de la Reina, Castilla. Con el paso de los
siglos esta técnica se perdió en España, mientras que aquí -bajo el nombre de su
pueblo de origen- prosperó hasta convertirse en el producto artesanal típico de
la ciudad.
Hay tazas, jarrones, vajillas
completas, platones y tibores, pero le recomendamos comprar Talavera certificada
(con su holograma de autenticidad) que cumple con todas las regulaciones de la
denominación de origen. Algunos de los talleres que la venden en el Centro
Histórico son: Uriarte Talavera, Casa Celia, Talavera de la Luz y Talavera de la
Reyna.

Gastronomía
La gastronomía
poblana, producto del mestizaje que devino con la
Conquista de México
por parte de los españoles, es una de las más representativas de la
República Mexicana. Numerosos mitos están asociados a algunos de los
platillos más conocidos de la gastronomía regional del estado, a la que
se suele identificar en México con relación a dos platillos que se
consideran platos nacionales del país: el
mole poblano y
los
chiles en nogada.
Sobre el mole, la leyenda dice que fue creación de sor Andrea de la
Asunción, del convento de Santa Rosa en la ciudad de Puebla. Esta monja
habría creado el platillo en ocasión de la visita del obispo a su
congregación. En la leyenda, el nombre del plato se asocia con una
expresión de admiración de una compañera de Andrea de la Asunción al ver
a ésta moliendo los ingredientes afanosamente;
aunque se sabe que el origen de la palabra
mole es de
origen náhuatl y que la mezcla de chiles
secos o frescos en la confección de salsas era una práctica común en las
gastronomías mesoamericanas precolombinas. A esta base de chiles, uno de
los ingredientes básicos de la gastronomía mesoamericana, se sumaron las
especias y los
aceites llegados con los españoles, que dieron origen a los moles
contemporáneos, cuya preparación de ninguna manera es exclusiva de
Puebla, aunque el mole más conocido sea precisamente el poblano.
Con los chiles en
nogada ocurrió algo similar que con el mole. Este plato no es otra cosa
que un
chile poblano
relleno de picadillo de carne de res y frutas, bañado en salsa de nueces
de Castilla (el fruto del
Juglans regia)
y queso de cabra y espolvoreado con granos frescos de granada y hojas de
perejil. La leyenda asocia la creación de este platillo con una monja
del convento de Santa Mónica, también en la ciudad de Puebla. El plato
habría sido confeccionado en honor de
Agustín de Iturbide,
en ese tiempo, emperador de México. Sin embargo, la nogada aparece en
recetarios del siglo XVIII, por lo menos un siglo antes de la
independencia de México, y el chile en nogada no aparecerá en estos
recetarios hasta mediados del siglo XIX, treinta años después de la
abolición del
Primer Imperio Mexicano.
Más allá de estos
dos platos ampliamente conocidos en México y a nivel mundial, la cocina
poblana es muy variada y comparte con otras gastronomías mexicanas el
mestizaje de elementos indígenas, españoles y asiáticos, producto de la
historia del país. Sólo en la ciudad de Puebla es posible encontrarse
con gran cantidad de platillos, desde
antojitos como
chalupas,
cemitas, tortas,
tamales de
diversos estilos; hasta alta cocina internacional, dulces y bebidas tan
particulares como la
pasita (que es
una bebida a base de Licor de uva pasa que se acompaña con un pedazo de
queso y una pasa ensartados en un palillo, única de la Angelópolis). En
toda Puebla, la base de la comida es el maíz, el frijol y el chile, y
estos tres elementos se combinan para producir una gran cantidad de
platillos, como las
enfrijoladas, que
se consumen en cualquier localidad poblana. Además de la capital, la
cocina poblana se diversifica en cada una de sus regiones, donde
incorpora características particulares dependiendo de los recursos e
ingredientes disponibles. Por ejemplo, está el
mole de caderas
de
Tehuacán, que se
prepara en honor del Festival de la Matanza, en que se sacrifican los
chivos de los
hatos familiares. En la Mixteca, el repertorio gastronómico incorpora
insectos como los
cuetlas y los
jumiles;
cactáceas como la biznaga y la
pitaya; frutos
tropicales como el
zapote negro; y a
base de huajes se prepara el
huaxmole.
En el centro del estado se pueden encontrar
mixiotes,
barbacoa y
pulque; todos
deudores del
maguey; además,
está la gran tradición de lácteos de
Chipilo, donde
los descendientes de los vénetos establecidos en la región continúan
produciendo quesos al estilo de Italia.
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